Energía fotovoltaica:
La energía solar fotovoltaica consiste en la transformación de la radiación solar en electricidad mediante el uso de captadores fotovoltaicos. En esencia, la radiación solar excita los electrones de una serie de dispositivos semiconductores generando una diferencia de potencial.
Para tener cierta perspectiva histórica, es curioso saber que el efecto fotovoltaico se descubrió en 1839 por el físico francés Alexadre-Edmond Becquerel, si bien hasta 1883, casi 40 años después, no se construyó la primera celda solar. Esta celta tuvo una eficiencia del 1%. Tuvieron que pasar otros 60 años para crear celdas de silicio con rendimiento en torno al 6% y es en los años 50 cuando la energía fotovoltaica comienza a implantarse debido a su aplicación espacial para abastecimiento de satélites.
Desde los años 50 hasta la actualidad, factores como el cambio climático, la mejora de la eficiencia de las células fotovoltaicas, la reducción de los costes de producción de los paneles fotovoltaicos y el incremento de los costes de las energías fósiles han hecho que la fotovoltaica sea una energía en plena expansión.
Como puede apreciarse en el gráfico, potencia fotovoltaica en el mundo desde el año 2000 se ha disparado
Concrétamente, en España tras los últimos cambios normativos, la instalación de paneles fotovoltaicos para instalaciones aisladas, autoconsumo o bombeos solares se ha disparado. Los consumidores de energía no dejan de ver crecer sus gastos energéticos y la concienciación medioambiental se ha establecido en nuestra sociedad. Por ello, la fuerte demanda de energía fotovoltaica ha creado un nicho de mercado para instaladores que perdurará muchos años.
Autoconsumo:
En los últimos años, el coste de la energía no para de crecer, el cambio climático está dañando seriamente el planeta y la dependencia de las compañías energéticas es total. Pero existe una forma de paliar estos problemas. El abastecimiento energético con autoconsumo fotovoltaico.
Cuando disponemos de conexión eléctrica como única fuente de energía la dependencia es total. Pero… y si sustituyéramos la dependencia por apoyo puntual?? Eso mismo consigue el autoconsumo. Con la instalación de paneles solares fotovoltaicos y los sistemas necesarios (inversor, sistemas de gestión energética…) podemos consumir nuestra propia energía, relegando la energía suministrada por la red a un apoyo puntual cuando nuestra demanda supere a la generación fotovoltaica.
Debemos tener en cuenta que en torno a un 30% de la energía que consumimos lo hacemos en horario donde no hay disposición solar. En este punto es donde debemos evaluar si nos interesa tomar esa energía de la red (autoconsumo sin batería), con tarifa reducida o bien, almacenar energía fotovoltaica mediante la instalación de baterías (autoconsumo con baterías).
Instalación fotovoltaica aislada:
Cuando no tenemos opción de tener conexión a red eléctrica, o bien, queremos desvincularnos totalmente de ella, necesitamos un sistema de producción fotovoltaica denominado “aislado”. Se llama así porque energéticamente no tenemos contacto con la red eléctrica.
Este tipo de sistemas fotovoltaicos generan electricidad para consumo directo así como para almacenar en baterías cuando no hay generación solar. Es necesario tener en cuenta, que la disponibilidad de energía es limitada en función de la instalación, por lo he hemos de ser conscientes de la forma en que consumimos la energía.
Este tipo de instalaciones es muy frecuente en lugares donde no llegan las distribuidoras, como en fincas rurales, donde generalmente la fuente de energía es combustible fósil (grupos de gasolina o gasoil), una energía contaminante, incómoda y con costes que no dejan de incrementarse.
Bombeo:
Como se ha visto, hay multitud de aplicaciones para las instalaciones fotovoltaicas. Una de las más usuales en el mundo rural es usar la fotovoltaica para realizar riegos o llenar balsas de agua.
Es muy frecuente encontrar pozos cuya fuente de alimentación es un grupo electrógeno, incómodo y costoso en cuanto a mantenimiento y coste del combustible.
En estos casos, muchos responsables de explotaciones agrícolas están optando por el uso de la energía fotovoltaica para realizar riegos cuando hay disponibilidad solar, o bien acumular el agua en balsas o depósitos y usarla cuando más les convenga.
Pueden optar por usar la bomba que tienen en funcionamiento mediante la instalación de un variador de frecuencia o bien sustituirla por una bomba compatible con instalaciones fotovoltaicas, lo que reduce el número de captadores solares a instalar.
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